Qué injusto he sido, tengo que confesarlo. Llevaba varios meses cabreado con las eléctricas y con el gobierno por la cuestión del
atraco a mano armada que supone la desaparición de la tarifa nocturna a partir del próximo 1 de Julio, a lo que se sumó el anuncio de hace unos días de la
moderada subida que planea el Ministerio con las tarifas generales, un insignificante 20% de nada... Pero estaba equivocado.
Es verdad que en principio estaba indignado por la tomadura de pelo que supone para los clientes de la tarifa eléctrica nocturna el Decretazo del Consejo de Ministros que elimina por la cara este sistema que durante varios años el propio Gobierno y la eléctricas han estado promocionando: que si era más sostenible por que se consume la mayor cantidad de electricidad por la noche cuando el consumo en general es menor, que si es más barato, que sólo con lo que se ahorra poniendo los electrodomésticos por la noche ya compensa el sobre coste de la tarifa diurna, bla, bla, bla...
Y vamos unos cuantos de cientos de miles de idiotas y nos lo creemos: invertimos en un sistema de calefacción con acumuladores nocturnos y cuando estamos terminando de amortizar la inversión, ¡traca!, viene el ministro de turno con la media en la cabeza y dice aquello de "arriba las manos, pongan todo el dinero en la bolsa, esto es un atraco". Según los
cálculos iniciales nuestro recibo se incrementará en torno a un 40%, la mayor parte en los gastos fijos ya que antes no pagábamos el término de potencia máximo que alcanza la instalación ya que éste se producía de noche, y a partir de ahora sí. Es como si a los que tienen la calefacción con gasoil le hacen pagar además del combustible que gastan, una cuota mensual durante todo el año según el número de radiadores que tengan durante todo el año, los enciendan o no.
Pero mi sorpresa fue aún mayor cuando hace poco el Gobierno deja caer la posibilidad de incrementar además las tarifas generales un 20% (que se sumaría al subidón de la nocturna). El motivo: el déficit tarifario, es decir, los costes de producción de la energía son "muy" superiores a los precios que pagamos los consumidores. Por ejemplo, si la electricidad que consumes en tu casa durante un mes le cuesta a la compañía 60 euros, a ti sólo te cobran 40 euros. ¡Qué buenos son!
Y estaba yo cabreo viene cabreo va, cuando hoy he descubierto que estaba equivocado. Los datos no mienten y efectivamente lo que decía el gobierno era cierto: Las eléctricas no ganan lo suficiente. Precisamente hoy Endesa ha presentado sus resultados correspondientes al primer trimestre del año y "sólo" ha ganado un 4,6% más que en el mismo periodo del año anterior. En total los beneficios, después de gastos e impuestos (es decir lo que va a su bolsillo limpio) apenas asciende a 662 millones de euros. Y es duro reconocerlo, pero cualquier empresa española que en un trimestre no le queden limpios siquiera 700 millones de euros de beneficio ni es empresa ni es ná.
Además curioseando aquí y allá he visto que a las eléctricas lo que no se le va en lágrimas se le va en suspiros. Un par de ejemplos: El consejo de administración de Iberdrola le subió el sueldo a su presidente unos 10 millones de euros a raíz de los intentos de compra por parte de EDF, por lo que pueda pasar. O en Endesa, que tras la entrada de Enel y Acciona en la compañía soltaron 22 millones de euros en indemnizaciones a los ejecutivos, Pizarro incluido. Y claro con tanto gasto ¿cómo van a tener suficiente con 662 millones de euros en tres meses? Así no hay quien llegue a fin de mes.
Así que propongo que nos solidarizemos todos con las pobres eléctricas, que no nos enfademos por esas miserables subidas de nada, y que cuando paguemos la factura de la luz, metamos un par de eurillos más a modo de propina.
Moisés Chacón
Hoy en A través del Universo comenzamos una serie dedicada al papel de la Mujer (con mayúsculas) en la Ciencia. En este primer programa del serial viajaremos en el tiempo junto a Matilde Barón, investigadora de la Estación Experimental del Zaidín (EEZ-CSIC), para ser testigos de cuatro momentos claves en la vida de cuatro investigadoras que, en contra de lo que les marcaba el destino, decidieron romper moldes y dedicarse a su pasión: la Ciencia.
